Donde reposa el silencio
Desde hace pocos días, Aliaga ofrece a sus vecinos y visitantes un nuevo atractivo turístico. Por fin, el antiguo Molino Alto de esta pintoresca localidad turolense, cuyo edificio data del siglo XII y que conserva utensilios únicos que han sido utilizados por cuatro generaciones de molineros, se ha convertido en un nuevo lugar con encanto.
Hace casi un año, un incendio con indicios de sabotaje se llevó por delante parte de la maquinaria. Pero esto no ha impedido que el Hotel-Museo siga adelante y acoja a turistas y visitantes tanto en verano como en invierno.
El hotel mantiene la esencia del antiguo molino, aunque ha sido reformado en su totalidad. Dispone de trece habitaciones ambientadas con elementos que intervienen en el proceso de la molienda. Cuenta, además, con una zona de juegos infantiles, anfiteatro para audiciones de grupos, salón social y un restaurante cafetería.
Su entorno es mágico. A orillas del Guadalope, que murmura alegre con sus aguas cristalinas; dentro del entorno del Parque Geológico, con formaciones rocosas únicas y excepcionales. Es un lugar onírico, Donde reposa el silencio. Un lema que me recuerda a otro similar de Aliaga hace unas décadas: Donde el silencio habla. Y es la pura verdad. En este enclave arcádico, parece que se detiene el tiempo, algo que hechiza al viajero y seduce al visitante.
Es de desear que esta iniciativa no permanezca aislada sino que sirva para dar algo más de vida a una comarca castigada por la emigración y a un pueblo venido a menos.
(Encontrado en josemarco.blogia.com el 25-6-2.013)
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