HUERTOS
Se están poniendo de moda los huertos urbanos. Con el incremento del paro, las prejubilaciones y la prolongación de los años de vida, muchos hombres, y también algunas mujeres, ocupan su tiempo de ocio en cultivar una pequeña parcela y disfrutar del aire libre y de las hortalizas que a los pocos meses van produciendo. Pero los huertos con más historia y tradición son los huertos rurales.
Antes los huertos eran un medio más de vida y, en algunos casos, un medio de supervivencia. Casi todos los pueblos de la provincia de Teruel estaban surcados por un río o una acequia y rodeados de una superficie de huerta más o menos cultivable. Los tiempos han cambiado y el huerto va cediendo paso a las parcelas para edificar segundas residencias, a los espacios para que paste el ganado o al recinto de recreo para la familia o los amigos.
En Aliaga todavía quedan algunos excelentes huertos – como el que figura en la fotografía -. Pero, lamentablemente, cada vez son menos las personas que se animan a cultivar un trozo de tierra. La zona que tiene las mejores huertas es la de la Vega, muy cerca del pueblo. También se siguen cultivando pequeños huertos en la zona de la Masada Romero, en Las Tablas o en los aledaños del Cascajar. Sin embargo, los terrenos que bordean el río La Val en dirección a Santa Bárbara están casi todos yermos y abandonados desde hace varios años. Poco a poco van desapareciendo los límites entre un huerto y otro, se van cegando las acequias y la maleza se está adueñando de lo que hace unas décadas eran lozanas huertas. Sólo quedan como testigos mudos algunos frutales, una partida de chopos y los robustos chopos cabeceros.
Algunos hablan de una posible vuelta al campo y al cultivo de estas tierras yermas y abandonadas. Soy escéptico al respecto. Muy mal se tienen que poner las cosas para que nuestros hijos o nietos regresen a la azada, al tractor o la mula mecánica. Ojalá no sea así. De todos modos, tal como están las cosas, nada se puede descartar. Eso sí, está claro que la mayoría de los jóvenes prefieren dedicar el tiempo de ocio a otra actividad. El cultivo de la huerta no les atrae, salvo contadas excepciones. Los huertos los asociamos a las personas mayores. Quizás no debería ser así. Pero es lo que hay, como decía un amigo mío.
(Encontrado en josemarco.blogia.com el 27-7-2.012)
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